Vea Barcelona desde grandes alturas con un trayecto inolvidable en teleférico o góndola. El teleférico de Montjuïc y el tranvía aéreo del Port Vell aportan una nueva perspectiva a algunos de los parques, playas y monumentos más famosos de la ciudad. El teleférico de Montjuïc es perfecto para grupos que buscan una aventura más escénica, con un trayecto relajado a 84 metros de altura sobre el suelo. El trayecto comienza al pie del parque de Montjuïc y escala verticalmente por encima del exuberante paisaje de Barcelona y la costa mediterránea.

Una sola cabina tiene capacidad para ocho pasajeros y está totalmente equipada para personas con movilidad reducida. Las cabinas se detienen a medio camino para tomar una vista panorámica de la ciudad y después aterriza rápidamente en la cumbre donde los pasajeros pueden explorar el castillo histórico de Montjuïc.

A medida que vuela por encima de las copas de los árboles, también tendrá la oportunidad de aprender sobre el desarrollo y la historia del castillo, que se encuentra a más de 170 metros sobre el nivel del mar. Cuando esté listo para regresar, la cabina se desliza lentamente hasta la terminal terrestre.

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Si desea más emociones, realice un rápido trayecto en el tranvía aéreo del Port Vell. Pero tenga en cuenta que no es para personas sensibles, ya que alcanza alturas de 107 metros y velocidades de 13 metros por segundo. Su valentía será recompensada con vistas espectaculares de Barcelona desde arriba.

Cada cabina alberga hasta 20 pasajeros y atraviesa el horizonte de la ciudad y aterriza en Montjuïc.

A diferencia del teleférico de Montjuïc, las cabinas aéreas del teleférico del Port Vell no tienen asientos, de modo que los pasajeros pueden moverse libremente por la cabina. Antes de alcanzar la cima de la montaña, los pasajeros disfrutan de una vista impresionante de muchos monumentos famosos, como el World Trade Center, la Sagrada Familia y la torre Agbar.

Después de alcanzar la cima, los visitantes pueden tomar el sol o darse un chapuzón en una piscina de tamaño olímpico. El tranvía y los trenes próximos ofrecen trayectos de regreso al pie de la montaña, pero si se siente especialmente aventurero, siempre puede descender a pie.

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